miércoles, 31 de agosto de 2011

CRIADOR EXPERTO DE NINFAS y CAROLINAS


El Criador Experto de NINFAS y CAROLINAS está Asociado en AMCAE (Asociación Madrileña de Criadores de Aves Exóticas).




Federado en FOCDE (Federación Ornitológica Cultural Deportiva Española), como Criador Nacional.

jueves, 18 de agosto de 2011

ENFERMEDADES

CORTES Y HERIDAS


A veces nuestros pájaros pueden sufrir pequeños cortes o heridas. Normalmente se curan con gran rapidez debido a la naturaleza de su sangre. No obstante, para ayudar a que la curación sea más rápida, podemos limpiar la herida con agua oxigenada y aplicar algún ungüento antibiótico con tanta frecuencia como sea necesario.
Circunstancia a tener en cuenta a este respecto es que a nuestro pájaro cabe que le salga alguna llaga en los pies si pisa continuamente sus propias deposiciones y la suciedad se adhiere a ellos de modo permanente.

Dado que la Ninfa/Carolina permanece cada minuto del día apoyada en sus pies (salvo cuando vuela, por supuesto), el mantener éstos en condiciones sanas es vitalmente importante. Como es natural, la mejor prevención es mantener el fondo de la jaula lo más limpio posible, cambiando el papel y lavando las perchas con tanta frecuencia como resulte necesario.
No obstante, si los pies quedan recubiertos por una costra de suciedad, lo mejor es darle un baño al pájaro. Si muestra oposición a ello, lo cual suele ocurrir con algunos ejemplares, tendremos que lavarle los pies manualmente. A tal fin será suficiente valerse de un paño suave y agua tibia y se conseguirá resolver la cuestión en pocos minutos. Si las condiciones de los pies son realmente malas, sumérjamosle éstos en agua tibia durante unos pocos minutos antes de frotárselos para eliminar la suciedad y procedamos después a sacárselos con un paño.

En el caso de una Ninfa/Carolina con una para rota cabe hacer dos cosas: o bien no adoptar ninguna medida y que siga con su dieta normal o bien aplicar un entablillado  construido por un astil de pluma de un pájaro de mayor tamaño. Una buena dieta contribuirá a la curación pero cabe que quede lisiado y, como consecuencia de ello, imposibilitado para criar. El entablillado constituirá nuestro mejor seguro contra esta posibilidad siempre y cuando nos aseguremos de que los dedos y el pie se halan orientados en la dirección apropiada cuando fijemos el entablillado. De hecho, se necesitaran dos personas para llevar a cabo esto correctamente: una para mantener el entablillado en posición adecuada y la otra para vendar ligeramente la pata. No deberemos vendar esta con tanta firmeza que con ello impidamos la circulación. Solamente se requieren unas dos semanas para que se cure la pata rota de una Ninfa/Carolina, pero como siempre, si no estamos muy seguros acerca del procedimiento que debemos seguir, consultemos a nuestro veterinario.


PATAS ABIERTAS

La situación de patas abiertas puede haber sido originada o bien por el hecho de que uno de los padres se ha posado sobre el joven polluelo apoyándose sobre el con exceso y provocando una separación excesiva de las patas hacia los lados o bien por haberse colocado el polluelo sobre una superficie resbaladiza y haber impulsado las patas hacia afuera con el peso de su cuerpo.

Si observamos este defecto con la debida prontitud podemos corregirlo envolviendo cada pata en un poco de algodón y sujetándolas con cinta adhesiva justo por encima del tobillo de modo que se mantengan lo suficientemente rectas como para mantener el polluelo en posición de pie. Podemos recortar la cinta adhesiva y darle la forma apropiada para que no entre en contacto con el estómago del polluelo. Conviene recordar, no obstante, que cualquier cinta adhesiva o algodón colocados en la parte inferior de un polluelo se ensuciará con rapidez con las deposiciones y se desprenderá.
Retiremos la cinta adhesiva todos los días y dejemos que el polluelo haga ejercicio durante una hora antes de proceder a colocarle otra cinta nueva. Si así procedemos, podremos apreciar una mejora al cabo de pocos días y nos será posible suspender el tratamiento transcurrida una semana aproximadamente.


ALAS ROTAS

Si nuestro pájaro tiene un ala rota, el valerse de una almohadilla de gasa y fijarla mediante esparadrapo debajo de aquélla tras replegarla en una posición cómoda contra el cuerpo del pájaro, constituye el mejor sistema. Podemos evitar que el ala sufra ulterirores daños instalando el pájaro en un punto relativamente apartado dentro de una jaula hospital. Muchos expertos consideran que la única cosa que deberíamos hacer, en el caso de una rotura de ala, es acudir de inmediato a un veterinario pues tiene que al tratar de aplicar cualquier entablillado por nosotros mismo ello se traduzca en un resultado más perjudicial que beneficioso.
La mejor manera de evitar accidentes de esta naturaleza es asegurarse de que nuestro pájaro se halla familiarizado con su entorno. No añadamos nuevos obstáculos que e pájaro no esté en condiciones de reconocer y asegurémonos de que las ventanas con cristales transparentes han sido cubiertas para evitar que choque con ellos al pensar que se trata de un espacio libre.

Si debido a desorientación o cualquier otra dolencia o accidente nuestro pájaro colisiona con una pared, son muchas las probabilidades de que se quede sin sentido. Si ello ocurre, envolvámoslo ligeramente con un paño seco y suave hasta que se recupere de nuevo. Después llevémoslo al veterinario para que lo examine. Si todavía no lo hemos hecho, cabe que sea una buena idea proceder a recortarle las alas. (Desde este Blog no siendo partidarios).
De todos modos, todavía deberemos seguir mostrándonos cuidadosos con un pájaro al que se le ha practicado esta operación.


ESTADO DE SHOCK

Si nuestro pájaro permanece posado en su percha o en el fondo de la jaula aparentemente si vida cabe que esté sufriendo un estado de shock. Esto puede reconocer como origen muchas cosas, dependiendo tal circunstancia de la personalidad de nuestro pájaro.
Cualquier situación susceptible de provocar una fuerte tensión al pájaro lo que puede llevar a un estado de shockprolongación de la tensión puede conducir a la muerte prematura del pájaro.

Si nuestro pájaro se encuentra en un estado de shock, deberemos mantenerlo aislado y sometido a una temperatura templada. Dado que el calor es el mejor remedio en estos casos, podemos ajustar la esterilla eléctrica a un nivel comprendido entre 30 y 35 ºC. El pájaro saldrá de su estado de shock en un plazo máximo de un día. Si a pesar de todo ello no es así, consulte al veterinario inmediatamente.


ÁCAROS

Si nuestro pájaro dedica buena parte de su tiempo a rascarse, cae que sufra la presencia de ácaros, los cuales se alimentan de su sangre. A menudo nos resultará posible detectarlos mientras pululan por entre las plumas y donde con mayor frecuencia cabe encontrarlos es en las grietas y hendiduras de la madrea de las pajareras. Existen diferentes tipos de esta clase de insectos y deben ser eliminados lo más pronto posible después de haber detectado su presencia.
Los ácaros rojos son los que con mayos frecuencia se asocian con las Ninfas/Carolinas. De hecho, son de color gris pero después de chupar la sangre de los pájaros adquieren una tonalidad soja. Son relativamente difíciles de detectar ya que sólo atacan a los pájaros de noche cuando todas las luces están apagadas. Si el rascar nos lleva a sospechar la presencia de ácaros, cubramos la jaula con una tela ligera durante unas cuantas horas, después retirémosla con rapidez. con ello cogeremos a los ácaros desprevenidos y podremos verlos bajo forma de diminutos puntos grises y rojos en el reverso de la tela. Existe un cierto número de buenos atomizadores comerciales para combatir los ácaros y que podemos encontrar en nuestro establecimiento de animales de compañía.
Todo cuanto acabamos de decir también resulta válido  para los diversos piojos que, algunas veces, cabe encontrar en las Ninfas/Carolinas. Los ácaros, las bacterias, las lombrices y otros parásitos pueden ser causa de graves daños para nuestros pájaros si dejamos que proliferen. Ahora bien, dado que los ácaros pueden ser controlados con la utilización de atomizadores comerciales específicos para este fin, constituye generalmente una buena práctica el desinfectar toda la jaula o pajarera cuando dichos parásitos hacen acto de presencia. Con dicho objeto las jaulas deben ser sumergidas en agua caliente en la que se haya disuelto un desinfectante, restregándolas a fondo, enjuagándolas y poniéndolas a secar al sol. También deben recibir un tratamiento similar todos los recipientes para la comida y el agua, las perchas y los juguetes. Esta labor debemos llevarla a cabo una vez por semana durante tres o cuatro y seguir después con el atomizador aplicándolo a la jaula y a las perchas.

Administrando a nuestros pájaros un lombricida en primavera y en otoño evitaremos que los destruyan estos parásitos, cuyos huevos se trasmiten a través de los excrementos de aves silvestres o en algunos casos, de nuevos ejemplares que se añaden al grupo. Para combatir esta posibilidad, todas las verduras, futas y agua deben ser apartadas del alcance de los pájaros durante un par de días. Después, se mezcla en antihelmíntico con el agua para beber y se ofrece ésta a los pájaros. Si el nuestro se halla enfermo y se muestra apático, constituye una buena idea administrarle manualmente el medicamento antes que esperar a que acuda a tomárselo por sí solo al beber el agua. Todos los medicamentos puedan necesitar nuestros pájaros podremos obtenerlos acudiendo a nuestro establecimiento de animales de compañía o a nuestro veterinario, siendo necesario subrayar que sin antes haber consultado con éste no constituye una buena idea el administrar cualquiera de ellos.
Al no haber ingerido ningún líquido durante un período de tiempo tan prolongado, los pájaros se mostrarán ansiosos por tomar la medicina. Otro método que cabe seguir requiere inyectar la mezcla directamente en el esófago del pájaro. En cualquier caso y sea cual fuere el sistema elegido. las lombrices muertas harán acto de presencia en las deposiciones poco después de que se haya administrado el antihelmíntico.

Cuando nuestros pájaros vuelen en libertas por nuestro hogar, asegurémonos de que no van a tener acceso a cosas tales como sobrantes de comida, periódicos, papel pintado, plantas de interior o bolsas de plástico. La ingestión de cualquiera de ellos puede provocar inflamaciones en el estómago e intestinos. En el caso del plástico, cabe incluso que perezcan por sofocación al tragarse fragmentos de este peligroso material.
Otro aspecto a tener en cuenta es que la resistencia de un pájaro es muy reducida en la época de muda pero una dieta sana lo protegerá contra cualquier enfermedad durante estos períodos.
Finalmente recordemos que si se producen vómitos, ello probablemente será debido a una dieta inadecuada. Cambiémosla pues de inmediato.


DIARREA

Aun cuando la diarrea es a menudo un síntoma de otras dolencias, también es normal que sea resultado de una dieta inadecuada.
Puede asimismo ser consecuencia de que el pájaro haya comido algún alimento o bebido agua en malas condiciones. A menudo se utiliza con apreciable éxito para tratar estas situaciones la vitamina B12, la cual deberemos administrársela, mientras se encuentra aislado en una jaula hospital, añadiendo cuatro gotas a cada 30 g de agua.


BUCHE AGRIADO

La comida no digerida en el buche de una Ninfa/Carolina conduce a lo que se conoce como buche agriado y que da lugar a que se desarrolle una colonia de hongos y provoque una infección. Esta condición cabe detectarla por presentar el buche un aspecto hinchado y despedir un olor inhabitual. Para corregirlo deberemos sostener al pájaro con su abdomen hacia arriba y con suaves presiones del dedo tratar de desplazar hacia la garganta la comida, la cual en esta posición, no podrá entrar en los pulmones del pájaro. Acto seguido y valiéndonos de una jeringa dotada de una estrecha boquilla, proyectemos al interior del buche agua tibia mezclada con 1/4 de cucharadita de bicarbonato de sosa. Repitamos la operación dos o tres veces. Si hemos detectado el problema demasiado tarde, cabe que resulte necesario el uso de antibióticos.
De todos modos consultemos a nuestro veterinario si surge algún problema adicional.


ARRANQUE DE PLUMAS

El arrancarse las plumas constituye, en muchos pájaros, un desequilibrio patológico cuyas razones no son claramente conocidas. Algunos expertos consideran que ello débese a la carencia de componentes minerales en la dieta. Sea como fuere y a parte tal circunstancia, constituye un hecho cierto que se presenta con frecuencia en aquellos pájaros que viven solos, los cuales se arrancan primero una pluma y la mastican, después se arrancan otra, a continuación y otra y otra hasta que llegan un momento que en su plumaje hacen su aparición zonas totalmente desprovistas de ellas. Dichos puntos a menudo se inflaman debido a que también las nuevas plumas son arrancadas. Contra esta tendencia se consiguen unos resultados favorables introduciendo ramas de árbol frutal en la jaula al objeto de que el pájaro pueda roerlas y proporcionándole asimismo una solución de cloruro sódico.

Tanto las uñas como la mandíbula superior pueden ser objeto de un recorte cuando se han desarrollado en exceso. En el primer caso cabe utilizar un cortauñas o unas tijeras mientras que en el segundo lo más apropiado es una lima de manicura. Procede no olvidar que el vaso sanguíneo de las uñas se ve fácilmente y debe por ello extremarse el cuidado para no seccionarlo. Recortemos pues sólo una pequeñas parte cada vez y si a pesar de todas las precauciones se produce una hemorragia, ésta se detendrá al cabo de poco tiempo aplicándoles un poco de agua oxigenada. Valerse de unas tijeras es probablemente el mejor método ya que aparte ser más rápido obvia el problema de que son muchos los pájaros a los que desagrada el ruido y el contacto de una lima o de una tela esmeril. 
A parte de ello, el limar requiere bastante tiempo y cabe que el pájaro llegue a asociarnos con esta desagradable labor. Si así fuese quedaría neutralizada buena parte del adiestramiento positivo que valiéndonos de nuestro dedo y con gran esfuerzo hemos alcanzado.

Cuando procedamos a limarle la mandíbula, apliquémosle primero una capa de aceite de cocina y sujetémosle la cabeza entre el pulgar y el índice para evitar que nos muerda. Puede que resulte más fácil llevar a cabo la labor si insertamos una ramita entre las mandíbulas de modo que muerda ésta en lugar de nuestros dedos. Si la Ninfa/Carolina ha dispuesto en todo momento de un escudo de sepia, generalmente no será necesario que le limemos el pico ya que su contacto frecuente con dicho escudo lo mantendrá dentro de la dimensión correcta.


EL RESFRIADO COMÚN

La Ninfa/Carolina que sufre de un resfriado común puede ser sometida a tratamiento instalándola en una jaula hospital con una temperatura templada y añadiendo antibióticos al agua que utiliza para beber. Los síntomas de un resfriado a menudo son los mismos que en el caso de algunas de las enfermedades más graves y, aparte el hecho de que harán que nuestro pájaro se muestre apático, serán similares a los de un ser humano, es decir, flujo abundante de mucosidades, negativa a tomar alimentos, profusión de estornudos y respiración dificultosa.
Con frecuencia deberemos proceder a eliminar la mucosidad secas de sus orificios nasales, utilizando para tal fin un poco de agua tibia y algodón. También podemos valernos de un inhalante, el cual encontraremos en nuestro establecimiento de animales de compañía. Si, con todo, nuestro pájaro no se recupera al cabo de poco días, llevémoslo de inmediato a nuestro veterinario.
Si se observa en él que tiene los ojos llorosos o los mantiene cerrados durante prolongados períodos de tiempo y de repente empieza a parpadear con rapidez, cabe que sufra de conjuntivitis. El aislarlo en una jaula hospital y tratarle los ojos con una pomada a base de cloramfenicol probablemente resolverá el problema en un breve espacio de tiempo.


MUDA FRANCESA

La muda francesa se caracteriza por la pérdida continuada de plumas de la cola y de las alas, impidiendo con ello que el pájaro pueda volar de un modo adecuado. Esta circunstancia también da lugar a que los pájaros presenten un aspecto raído. Los ejemplares que sufren de muda francesa generalmente tienen una vida corta. Se ignora a qué se debe esta dolencia pero se ha conseguido cierto éxito en evitarla sumergiendo a los pájaros en una solución desinfectante, lo cual no sólo impide que se produzca una infección sino que además contribuye a que crezcan de nuevo las plumas perdidas.

Hemos considerado anteriormente el problema de la oclusión ovárica pero es un hecho lo suficientemente grave como para que volvamos a mencionarlo de nuevo. Dicho problema surge cuando la hembra no puede expulsar un huevo de modo natural desde su cloaca u oviducto inferior pero conviene señalar que los pájaros alimentados con una dieta sana y que cuentan con buenas disponibilidades de escudo de sepia y de cascajo generalmente no se ven expuestos a esta circunstancia. en una oclusión el huevo se detiene en su recorrido, bloquea la salida de los excrementos y la hembra muere de toxemia. No obstante, si el problema se descubre a tiempo, cabe obviarlo con éxito lubricando la cloaca con unas gotas de agua. También puede hacerse uso de aceite vegetal o mineral en sustitución del agua. De todos modos es probable que se necesiten dos personas para llevar a cabo esta operación, una para sostener el pájaro en posición de abdomen hacia arriba mientras la otra lubrica el orificio anal con ayuda de un cuentagotas ocular. Después, podemos instalar al pájaro en una jaula hospital con temperatura templada y lo más probable es que ponga el huevo en cuestión de horas e incluso más pronto.
Cabe también que necesite una ligera presión de nuestros dedos para que el huevo se deslice. Si debemos proceder de este modo, hagámoslo con el pájaro colocado con su abdomen hacia arriba. Localicemos entonces, mediante el tacto, el extremo superior del huevo y presionémoslo suavemente para que se deslice por el oviducto hacia el orificio anal.

Como ya hemos tenido ocasión de sugerir, a nuestros pájaros enjaulados les gusta poder gozar, algunas veces, de aires fresco y es por ello que conviene instalar sus jaulas en un punto exterior de un modo regular y frecuente. Destaquemos, no obstante, que uno de los peligros que encierra este contacto exterior es de la insolación. Asegurémonos, pues, de vigilar a menudo la jaula para comprobar que no se halla expuesta a los rayos solares de forma excesivamente directa y si a pesar de todas las precauciones tal circunstancia se diera, rociemos a nuestro pájaro con agua fría o envolvámoslo ligeramente en una tela húmeda hasta que su temperatura vuelva a la normalidad.

Si detectamos un bulto amarillento bajo la piel de nuestro pájaro, ello puede significar que se ha desarrollado en él un tumor, el cual, si es de tipo canceroso, puede demostrarse fatal. No obstante, algunos de los de carácter superficial pueden ser eliminados con éxito por un veterinario. Sea como fuere, si sospechamos que nuestra Ninfa/Carolina se halla afectada por este problema, debemos llevarla a consulta pues  no existe ningún tratamiento doméstico para esta clase de dolencias.


PSITACOSIS

La enfermedad más temida por los avicultores y criadores, de entre las que atacan a los loros y periquitos, es la psitacosis u ornitosis. Esta enfermedad puede ser transmitida al hombre y, en ciertos casos, ha sido causa de muerte. En algunos lugares del mundo, los pájaros deben ser sometidos a reconocimientos para determinar si la sufren antes de que puedan incorporarse a un grupo o ser utilizadas para la cría. Acostumbra a hacer acto de presencia en grandes bandadas no sujetas a control alguno. Aspecto a considerar es que esta enfermedad no se manifiesta a través de un cuadro clínico específico y que solamente aquellos ejemplares que sufren una fuerte infección presentan síntomas tales como diarrea, somnolencia y neumonía. En los seres humanos, los síntomas son muy parecidos a los de la gripe.

Si en nuestra pajarera ha muerto un número elevado de pájaros, hagamos que un veterinario u otro experto procedan a examinar una muestra de los excrementos para determinar si se trata de psitacosis.
La mejor defensa contra esta enfermedad es la limpieza. Por dicho motivo, el llevar a cabo todos los días la del fondo de la jaula o del suelo de la jaula o pajarera así como una desinfección meticulosa del entorno mantendrá a los pájaros sanos.

El placer de poseer y cuidar nuestras propias Ninfas/Carolinas se mantendrá durante muchos años y los descubrimientos que haremos todos los días observando su actividad nos asombrarán y nos deleitarán. Muchos poseedores de Ninfas/Carolinas intesifican la satisfacción que de ello se deriva compartiendo sus experiencias con otros.
De igual modo que el número de poseedores de Ninfas/Carolinas aumenta todos los años, también ocurre lo propio con la formación a través de asociaciones. Las más grandes y mejor organizadas a menudo celebran reuniones de carácter regular a las que asisten, como conferenciantes invitados, expertos y criadores. Aparte todo ello, los miembros de asociaciones se reúnen para discutir e intercambiar ideas sobre cuidados, cría y desarrollo de sus pájaros.

Cualquiera que haya decidido instalar una Ninfa/Carolina en su casa, cede con ello una parte de sí mismo a otro ser viviente. La confianza mutua y la satisfacción que se deriva de esta asociación sólo puede servir para enriquecer las vidas de todos los implicados, ya se trate de seres humanos o pájaros.







Pájaros

domingo, 14 de agosto de 2011

MANTENER EL BUEN ESTADO DE SALUD

Los poseedores de Ninfas/Carolinas tienen suerte y ya que estas con muy fuertes y altamente resistentes a las enfermedades. Debido a su largo historial al aire libre, han desarrollado una gran fortaleza para hacer frente a muchas dolencias habituales de las que son víctimas otros pájaros de jaula con mucha más facilidad.
No resulta infrecuente el que la vida de las Ninfas/Carolinas transcurra sin estar enfermas ni una sola vez.
Pese a ello, se ha podido comprobar que puede sucumbir ante un resfriado común o un desarreglo intestinal.

Cabe esperar que hayamos llegado a casa acompañados de un pájaro sano. Sin embargo, siempre existe la posibilidad de que sufra el ataque de una enfermedad en un momento posterior.
Si ya disponemos de una Ninfa/Carolina (o bien abrigamos la intención de instalar nuestro nuevo pájaro junto a otros), constituye una sabia sugerencia mantener al recién llegado separado de los que ya se encuentran en la jaula o en la pajarera.
De este modo, podremos comprobar si se presenta algún problema antes de que se transmita al resto de los ejemplares sanos.


Podemos fácilmente decir si nuestra Ninfa/Carolina se halla enferma, dado que se sabe que todas ellas reaccionan de un modo similar. Si tal es el caso, permanecerá inmóvil y ahuecara el plumaje, escondiendo la cabeza entre las plumas en un intento de retener el máximo posible de calor corporal.
A menudo moqueara profusamente y mostrara unos ojos enrojecidos. sus movimientos generales serán apáticos y podremos observar que tiembla visiblemente.
Unas deposiciones muy fluidas pueden constituir un indicio de enfermedad pero también ser resultado de un cambio de dieta. Es mejor no considerar el aspecto de las deposiciones como un elemento de diagnóstico a menos que también se hallen presentes otros síntomas.

Si nuestro pájaro está enfermo y se halla en una jaula junto con otros, resulta aconsejable trasladarlo a una jaula hospital aislada pues esto nos permitirá controlar el tratamiento de la dolencia y evitar que ésta se transmita al resto de nuestros pájaros.
Podemos convertir una jaula corriente en otra que sirva a estos fines y ello simplemente cubriendo la parte posterior y laterales con un tejido espeso y calentando su interior con una bombilla colocada en la parte superior o mediante una esterilla eléctrica situada debajo.
Dejar la parte frontal sin cubrir evita que el pájaro deba permanecer demasiado tiempo solo en la oscuridad. Es asimismo bueno para el bienestar del pájaro que pueda ver la habitación en que se halla instalada la jaula. Dado que los pájaros enfermos experimentan cierta dificultad para mantener el equilibrio deberemos colocar los recipientes de la comida y del agua en el suelo y retirar todas las perchas y palos.
También deberemos colocar en un punto más bajo el escudo de sepia al objeto de que el pájaro pueda llegar hasta él con facilidad y sin necesidad de esforzarse.


Existe un cierto número de remedios caseros de reconocida eficacia contra las diversas dolencias que pueden afectar a las Ninfas/Carolinas.
Las enfermedades que vamos a mencionar aquí son las que con mayor frecuencia discuten los expertos y también las que cuentan con curas o tratamientos bien conocidos.
Ahora bien, por pequeña que sea la duda que nos asalte con relación al diagnóstico particular de nuestro pájaro, acudamos a la consulta de un veterinario. Estos profesionales experimentados deben constituir nuestra primera fuente de información medica respecto al bienestar de nuestro pájaro.

VARIEDADES DE NINFAS CAROLINAS

Aun cuando la cría encaminada a la obtención de determinados colores es una ciencia genética del mayor interés para el criador profesional de Ninfas/Carolinas, consideramos que debemos hacer mención de ella aqui dado que los polluelos que incubarán nuestros pájaros dependen de la variedad con la cual comenzamos.
Predecir cuáles van a ser los colores que se hallarán presentes en una nidada cualquiera, requiere un conocimiento de la leyes de la genética y contar con unas anotaciones muy cuidadosas respecto a la cría en la que quede de manifiesto el árbol genealógico de cada uno de los pájaros que componen la pareja en cuestión. Si deseamos llevar a cabo estas crías controladas, es mejor consultar a un criador experto.


GRIS. La Ninfa/Carolina más corriente en cuanto a color, es la que presenta los que tienen estos pájaros en su hábitat natural, el cual es gris, con un penacho amarillo y unas manchas de color anaranjado fuerte en las mejillas. Los criadores se valen de estos pájaros para mejorar el tamaño y la estructura de los ejemplares pertenecientes a las diferentes ramas de color.


ALBINA. La Ninfa/Carolina albina con ojos rojos fue la primera mutación conocida y apareció alrededor de 1959. Su color no es blanco puro y mantiene todavía en sus mejillas, en forma reconocible, las manchas anaranjadas, un penacho amarillo y unas plumas ligeramente amarillentas en la cola. Algunos de estos pájaros presentan espacios carentes de plumas en su cabeza detrás del penacho. Los criadores evitan utilizar este tipo de pájaros ante el temor que de la carencia de plumas sea heredada por su descendencia independientemente de cuál sea su color. Existen también Ninfas/Carolinas blancas con ojos negros pero, en este caso, no se trata de albinos auténticos pues su historial genético es completamente diferente.


LUTINO. Las Ninfas/Carolinas Lutino son, en realidad, albinos amarillos con ojos rojos. De hecho, son albinos con una mayor tonalidad amarilla en la totalidad de su plumaje.


CANELA O ISABELAS. Las Ninfas/Carolinas Canela o Isabela son de tonalidad plateada y se consideran muy atractivas. La cabeza, la frente, las mejillas y la barbilla son de color castaño con el extremo amarillo. Las manchas de las mejillas son las habituales de color anaranjado. Los puntos que en la especies silvestres son de color gris, en esta variedad son más bien de color castaño. Las alas con de color canela con unas leves manchas amarillas. Estas variaciones hacen que el pájaro visto a distancia, aparezca de color canela en toda su superficie corporal.
Las variaciones de tonalidad más clara presentan un color más cremoso que canela.


PERLADA. Las Ninfas/Carolinas Perladas tienen un plumaje de tonalidad ligeramente más clara que los ejemplares silvestres presentan unas manchas blancas y amarillas en la parte anterior de sus alas. Sus penachos son grises con tonalidad amarillenta presenta únicamente en la base de las plumas del penacho.
Existen ejemplares con ojos negros y rojos, si bien el negro es el más corriente.

Las Ninfas/Carolinas rebordeadas son parecidas a las perladas pero las plumas del lomo y de las alas presentan un reborde oscuro o claro. Sin embargo, estos colores muestran tendencia a menguar con el paso de los años.


ARLEQUÍN. Las Ninfas/Carolinas Arlequinadas se presentan en diversos colores que cubren alrededor del 50 % de sus cuerpos. La mayoría de los ejemplares más llamativos tienen penachos amarillos pero algunos sólo cuentan con manchas de dicho color. Los ejemplares arlequinados de color blanco cuentan con unas pocas plumas grises.

Gracias a la continuación de la cría genética controlada, cabe que aparezcan otras variedades en el curso de los años venideros. La genética no es una ciencia exacta y los expertos consideran que todavía quedan por desvelar algunas sorpresas en las Ninfas/Carolinas criadas de modos diferentes.
Algunos ejemplos son los siguientes:

CARA AMARILLA.


CARA BLANCA.


PLATA.


OLIVA.

LA CRÍA

Las Ninfas/Carolinas se consideran como uno de los pájaros de compañía que más fácil resulta dedicar a la cría en cautividad. Los avicultores aficionados, a menudo acaban destinando sus pájaros a la cría después de transcurrido sólo un breve espacio de tiempo después de haber adquirido un único ejemplar. Si es nuestra intención dedicarnos a este excitante aspecto de la afición por los pájaros, comprobaremos que constituye una de las experiencias más gratificantes que cabe tener.
Trataremos profundamente dicho tema más adelante en este Blog.


Desde este Blog, puede adquirir sus Ninfas/Carolinas a través del Criador Experto Nacional asociado en AMCAE (Asociación Madrileña de Criadores de Aves Exóticas) y Federado en FOCDE (Federación Ornitológica Cultural Deportiva Española.

Todos los ejemplares disponibles, pueden visualizarlos en la página "Venta de Ninfas Carolinas".

También está disponible del link a la tienda on line, en la cuál pueden realizar su primer pedido con una oferta especial a través de este Blog. Pueden visualizar dicho link en la página "Venta de Comida y Accesorios para Ninfas Carolinas". O desde el siguiente Banner, el cuál también disponible en algunas páginas:


Pájaros

TIEMPO LIBRE DE VUELO

A nuestro pájaro debemos concederle un tiempo libre de vuelo por lo menos una vez al día para que con ello se mantenga en buena forma física. A este respecto cabe señalar que necesita el ejercicio no sólo con objeto de impedir que adquiera sobrepeso sino también para satisfacer su impulso instintivo de desarrollar movimiento en libertad.
El tiempo de vuelo debe ser supervisado ya que la Ninfa/Carolina es un pájaro al que mueve una gran curiosidad y que por ello investigará todo lo que esta a su alcance con su fuerte y agudo pico. En resumen, a menos que no nos importe el mobiliario y los cortinajes de la habitación en que se halla instalado el pájaro, deberemos mantener su tiempo de vuelo bajo estrecha vigilancia.


Una vez fuera de su jaula, el pájaro comenzará a volar. No obstante, antes de que procedamos a abrir la puerta asegurémonos de que todas las puertas y ventanas están cerradas. Asimismo que los cristales transparentes de las ventanas así como cualquier espejo que pueda haber en la habitación se hallan cubiertos al objeto de que el pájaro no los confunda con su salida. Si así se procediera, puede llegar a colisionar con una ventana cerrada y resultar gravemente herido.

Recordemos que aun cuando se haya familiarizado por completo con su jaula en el hogar, si escapa al exterior se mostrara completamente desorientado por el entorno, los olores y los sonidos. De hecho, no cuenta con instinto de regreso al hogar y es altamente improbable que acierte a encontrar de nuevo el camino de regreso a casa.
Al menos que el pájaro esté hambriento o sediento, es probable que no regrese a la jaula por sí mismo después de su primer vuelo por la habitación. Es también muy probable que busque el punto más alto del local y se pose allí para así poder contemplar el entorno. Para atraerlo de nuevo podemos comenzar extendiendo el dedo y si trepa  sobre él podemos probar, en forma muy lenta y cuidadosa, a moverlo hacia la puerta de la jaula. Nunca debemos intentar perseguir o agarrar al pájaro. Si lo hacemos, probablemente destruiremos la confianza que hemos conseguido establecer y ya nunca más volverá a posarse ya sobre nuestro dedo.

Si el método del dedo fracasa, esperaremos a que anochezca, apaguemos la luz y cojamos al pájaro arrojando un trozo de tela sobre él. No la reconocerá como siendo nuestra mano y con ello la asociación positiva con la mismo no se verá perjudicada.
Un vez la asociación de alimento y seguridad quede establecida entre el pájaro y la jaula, la Ninfa/Carolina regresará a ella por decisión propia cuando sienta hambre o quiera descansar.
Tal y como hemos hecho observar anteriormente, las Ninfas/Carolinas son animales sociables a los que gusta estar con los de su propia especia pero si son enjauladas en forma aislada pronto transferirán su afecto a su dueño humano. Esto, sin embargo, sólo acontece si recibe la debida atención. Si el pájaro es ignorado durante un tiempo prolongado, muestra tendencia a volverse ruidoso y, algunas veces, destructivo. Si, por el contrario, nos mostramos atentos y amables con él, responderá de la misma manera.


Parte de este afecto puede manifestarse a través de un fuerte deseo de jugar con nosotros. Las Ninfas/Carolinas pueden ser enseñadas a imitar breves tonadas, a decir unas pocas palabras e incluso a llevar a cabo algunos juegos sencillos. La única condición qu ese requiere para enseñar a nuestro pájaro cualquiera de esas cosas es tener paciencia.
otras condiciones son que debe tratarse al pájaro muy dócil y que confíe plenamente en su dueño. Cabe señalar que resulta muy difícil enseñar nada a nuestro pájaro si está alojado junto a otro de su especie pues se mostrará mucho más interesado en el otro ejemplar que en nosotros y en cualquiera de nuestros esfuerzos de adiestramiento. Esto no ocurre si se tiene dos ejemplares Papilleros, criados a mano por un criador experto.
Aparte todo ello, el pájaro ha de poseer este "algo" y esta cierta "capacidad" que le ha de permitir aprender y repetir los sonidos que oye.

La repetición es la palabra clave en este punto. Tenemos que repetir las palabras, las frases o las tonadas muchísimas veces en presencia del pájaro antes de que empiece a imitar lo que oye. Cabe señalar, con relación a este extremo, que los pájaros se muestran más receptivos a esta clase de adiestramiento durante las horas de anochecer. Sea como fuere, la sesión no debe prolongarse más de una hora pero puede llevarse a cabo con ayuda de una grabadora. Conviene destacar, asimismo, la conveniencia de mantener un programa lo más regular posible todos los días ya que esto hará que el pájaro espero con placer la sesión de adiestramiento y que con ello se consiga mayor rapidez en el proceso de aprendizaje.
Las Ninfas/Carolinas, a semejanza de muchos otros pájaros y animales, cuentan con una especia de reloj biológico de gran poder.

Al principio cabe que repitan las palabras o tonadas de un modo apenas comprensible para después y de forma gradual hacer que resulten más claras a medida que las vayan repitiendo mientras continúan oyendo diversos sonidos. No intentemos comenzar con frases muy extensas o melodías muy complejas.
Algunos poseedores de Ninfas/Carolinas han conseguido el éxito valiéndose de un método de recompensas, ofreciendo al pájaro manjares especiales siempre que consigue repetir la canción o las palabras deseadas.
A partir del instante en que aprende su primera tonada o frase, las demás siguen con facilidad. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que es preciso estimular su memoria de un modo continuado ya que en caso contrario olvidará todo cuanto haya aprendido. Las Ninfas/Carolinas parecen preferir las voces de tono más agudo de las mujeres y los niños.


Los pájaros responden mejor si su entorno inmediato se mantiene limpio, con eliminación de restos de semillas y de plumas procedentes de la muda, por lo menos tres veces por semana.
El proceso de enseñanza puede ser muy largo. Algunos pájaros necesitan varios meses antes de que comiencen a imitar sonidos familiares. Otros no lo hacen nunca.
Una vez más tenemos que la paciencia se verá generalmente recompensada si no por unos sonidos reconocibles por lo menos con muestras de afecto como resultado de toda la atención que habremos prestado a nuestra Ninfa/Carolina.

RECORTE DE LAS ALAS

Desde este Blog no recomendamos ni somos partidarios del recorte de las alas, no obstante debemos tratar el tema. Dejamos la decisión a los poseedores de las Ninfas/Carolinas.


Al llegar a este punto cabe que nos inclinemos por recortar las alas del pájaro. Existen, a este respecto, dos escuelas de pensamiento. Algunos aficionados sostienen que dado que las Ninfas/Carolinas muestran mayor inclinación al vuelo que muchos otros loros, el recortarles las alas les priva del necesario ejercicio.
Otros consideran que el recorte de las alas hace más fácil el proceso de domesticación y evita que nuestro pájaro se escape.
Sea como fuere, el recorte de alas es rápido e indoloro pero resulta más fácil llevarlo a cabo si de ello se ocupan dos personas a la vez: una sosteniendo el pájaro con firmeza mientras que la otra efectúa el recorte.
La que lo sostiene extiende suavemente las alas de modo que puedan ser recortadas todas las plumas remeras de una de ellas. Este método todavía permite al pájaro volar con la otra ala aun cuando sus vuelos quedarán considerablemente limitado. Conviene señalar, a este respecto, que el recorte no disminuye la belleza de la Ninfa/Carolina y que las plumas recortadas volverán a su estado anterior en un periodo de seis meses.
También podemos optar entre recortar periódicamente las alas si queremos reducir su capacidad de vuelo con carácter permanente o bien dejar que crezcan las plumas de nuevo una vez que el pájaro haya sido adiestrado de forma plena. Sea cual fuere el caso, nunca deberá permitirse que vuele libremente fuera de casa pues independientemente de cuan bien adiestrado o domesticado aparezca, un vuelo por el exterior solamente terminará con su pérdida.

Otros poseedores de Ninfas/Carolinas recortan todas las remeras primarias salvo las más externas así como algunas de las secundarias. Si esto se hace de un modo uniforme se mantendrá el grácil aspecto del pájaro en vuelo y, al mismo tiempo, se limitará su capacidad voladora.
Debe recortarse partiendo del centro del ala y hacia afuera, a nivel de las coberteras primarias. No conviene, sin embargo, hacerlo muy por debajo de estas últimas pues en la base del astil se han presentes vasos sanguíneos. Si pese a todo se produce una hemorragia, observémosla con cuidado pero no no preocupemos demasiado pues la sangre de los pájaros se coagula con rapidez y dicha hemorragia se detendrá en un breve espacio de tiempo.
Es muy importante el que no hagamos movimientos bruscos durante la operación de recorte pues tanto estos movimientos como los ruidos repentinos pueden ser causa de que el pájaro se vea presa del pánico y con ello resulte herido de gravedad.
Si el recortar las alas es labor que nos pone nervioso, puede que sea conveniente consultar a nuestro criador para que lleve a cabo la operación por nuestra cuenta o nos guíe en su ejecución.


El paso siguiente es el de comenzar a ofrecer comida al pájaro en nuestra mano. Ello debe iniciarse a través de los barrotes, dándole mijo en rama u otros alimentos de fácil manejo. Transcurrido algún tiempo podemos proceder dándole de comer a través de la puerta abierta. Esto debe efectuarse con extremo cuidado y muy despacio ya que si hacemos un movimiento brusco o repentino, el pájaro experimentará un sentimiento de pánico. Y si llega a asociar estos momentos de pánico con los de la comida, entonces todo nuestro esfuerzo habrá sido en balde y habremos perdido todo el terreno que habríamos ganado durante el proceso de adiestramiento y domesticación.
Si se mantiene el cuidado y la preocupación, no transcurrirá mucho tiempo hasta que la Ninfa/Carolina comience a comer en nuestra mano.
Cuando tal circunstancia tenga lugar podemos aumentar la confianza de nuestro pájaro acariciándole suavemente el pecho en el índice mientras toma su alimento. Si el pájaro no se muestra asustado por este proceder, podemos incrementar la presión hasta que se vea obligado a trepar sobre nuestro dedo y utilizarlo como percha para llegar hasta la comida.
Algunas veces, sobre todo al principio, cabe que el pájaro nos picotee o nos muerda el dedo. Esto puede ser algo doloroso pero debemos evitar retirarlo de forma brusca. Una vez más conviene recordar que los movimientos repentinos por nuestra parte espantarán y provocarán el pánico en el pájaro, haciendo que olvide buena parte de la confianza que tanto nos hemos esforzado en conseguir.

Una repetición constante de la rutina alimentaria y de trepar sobre el dedo que acabamos de describir hará que el pájaro eventualmente se suba a el de un modo inmediato para recibir su comida. Con ello llegará a asociarnos a nosotros y a nuestra mano con la hora de la comida y se mostrará ansioso de trepar sobre nuestro dedo. Tras otro período de tiempo podemos retirar lentamente la mano desde el interior de la jaula, mostrándonos continuamente cuidadosos de no hacer ningún movimiento rápido o abrupto.
Si ello se produjera, el pájaro se alzaría inmediatamente en vuelo. A algunos pájaros les gusta que les rasquen ligeramente el lateral y la parte superior de la cabeza. Esto puede tranquilizarlos todavía más mientras comen en nuestra mano.


Si sacamos al pájaro lentamente del interior de la jaula, permanecerá posado en nuestro dedo durante un tiempo pero algunas veces ocurre que en un ejemplar joven salta desde nuestra mano para posarse en el suelo. Si tal ocurre coloquemos nuestro dedo frente a él y a su nivel e incitémosle cariñosamente para que se suba de nuevo a él. Tras algún tiempo se acostumbrará al lento movimiento ascendente de nuestra mano y permanecerá posado en ella. Ahora bien, dado que las Ninfas/Carolinas constantemente buscan el punto más elevado, es probable que comience a trepar por nuestro brazo y se pose en nuestro hombre.
Más adelante tratará de llegar a la parte superior de nuestra cabeza para conseguir una mejor panorámica del entorno.

Nuestro objetivo ha de ser el que asocie la comida con la jaula, de modo que sepa que es en dicho punto donde la encontrará.
Esto contribuirá a convencerlo de que debe regresar a la jaula por si mismo después de los ejercicios de vuelo.

ADIESTRAMIENTO


Después del periquito, la Ninfa/Carolina es el pájaro de compañía que goza de mayor popularidad entre quienes sólo desean tener un único ejemplar. No sólo es un bello pájaro sino que también aprende con rapidez, tiene un precio razonable y cabe encontrarlo en la mayoría de buenos criaderos especializados. Su canto es agradable y puede enseñársele a imitar la voz humana y a decir unas pocas palabras de tipo sencillo.

La primera condición a tener en cuenta antes de intentar enseñar a un pájaro a hablar es asegurarnos de que está domesticado. Afortunadamente, la Ninfa/Carolina es uno de los pájaros que más fácil resulta domesticar. Un ejemplar joven debe aprender a depositar su confianza en su dueño y sentirse seguro en su entorno inmediato, siendo aquellos cuya edad oscila entre las 12 y las 14 semanas los que generalmente mejor responde al adiestramiento. En cambio, los de edad superior indicada ya presentan hábitos adquiridos o bien han sido objeto de adiestramiento por otro poseedor previo, lo que da lugar a que muestren resistencia, hasta cierto punto, a ser adiestrados.

Tras la adquisición, deberemos alojar a la Ninfa/Carolina en forma aislada, es decir, mantenerla apartada de cualquier otro pájaro, tanto si son de su misma especie como de otra diferente. A tal fin, ya deberemos haber decidido el punto que instalaremos la jaula y habremos dotado ésta de todos los elementos necesarios. Una vez decidido, mantengámosla en dicho lugar pues el trasladarla de un punto a otro después de la llegada de nuestro pájaro es casi seguro que sólo servirá para trastornarle.


Debemos extremar las precauciones cuando transfiramos al pájaro desde la caja en que ha sido transportado a su jaula. Démosle tiempo para que penetre en ella y se familiarice con lo que va a ser su nuevo hogar, asegurándonos que mientras tanto no hay ningún otro pájaro o animal en el entorno.
Evitemos todo aquello que pueda asustarle y hacer que se aleje de su jaula. Después, dejémoslo solo durante un rato para que gradualmente se vaya sintiendo cómodo. Si ya es de noche, mantengamos una luz de escasa potencia encendida en la habitación al objeto de que pueda orientarse en un entorno que es nuevo para él y con el cual no se halla familiarizado.

Algunos expertos consideran que deberíamos dejar que transcurriera una semana o más antes de intentar domesticar y adiestrar a nuestra Ninfa/Carolina. Muchos otros creen que sólo necesita un breve espacio de tiempo, algunas veces únicamente horas, antes de que ya este en condiciones de iniciar un estrecho contacto humano.
Sea como fuere, durante los primeros días siempre deberemos acercarnos al pájaro lentamente, hablándole con suavidad hasta conseguir que se muestre tranquilo. Transcurrido algún tiempo, el pájaro ya habrá aprendido que la jaula es el lugar en que recibe su comida y en donde se siente seguro. Eventualmente querrá regresar a la jaula por sus propios medios después de haber llevado a cabo algún ejercicio de vuelo. Extremo importante a tener en cuenta es que si dejamos que la Ninfa/Carolina vuele a su aire antes de que haya llegado al punto de considerar la jaula como su hogar, es muy probable que debamos proceder a capturarla para devolverla a ella. Esto provocará un estado de gran agitación al pájaro y sólo servirá para prolongar el período de tiempo necesario para que se acostumbre a la jaula, a nuestro hogar y a nosotros.


Transcurridos pocos días, el pájaro comenzará a anticiparse a la llegada de su dueño respondiendo a las tenues palabras de éste con un suave silbido. Cuando esto empiece a ocurrir cabrá decir que el primer paso en la domesticación y adiestramiento de nuestro pájaro ya ha sido dado.

Una vez se haya acostumbrado a su entorno, el pájaro estará en condiciones para ser domesticado.
En silencio adelantemos la mano y cojámoslo suavemente alrededor de las alas. Es muy probable que en dicho instante nos muerda pero aun cuando estos mordiscos son algunas veces dolorosos, los de los ejemplares jóvenes raras veces producen daño alguno.
Si mantenemos nuestra suave presa sobre el, pronto se dará cuenta de que sus mordiscos no sirven para nada y dejará de propinarlos. Los ejemplares adultos, por contra, pueden morder con mayor fuerza y algunas veces incluso hacer que brote sangre. Si esto ocurre tratemos nuestra herida como lo haríamos en el caso de mordisco de cualquier otro animal. Podemos obligar a una Ninfa/Carolina a soltar presa presionándola con fuerza con el pulgar bajo la barbilla pero debemos evitar castigarla por sus mordiscos golpeándole el pico o valiéndonos de cualquier otra práctica similar. Hemos de tener en cuenta que al obrar así no hacen más que seguir unos instintos innatos de supervivencia. El castigo contra estas acciones instintivas sólo dará lugar a que el pájaro desarrolle una personalidad agresiva y a que todos los esfuerzos encaminados al adiestramiento y a la domesticación resulten más y más difíciles.

Si sentimos temor hacia el mordisco del pájaro podemos usar unos guantes gruesos de piel pero recordemos que en tal caso será preciso readiestrarlo para que acepte nuestra mano desnuda.


sábado, 13 de agosto de 2011

AGUA


Las Ninfas/Carolinas sólo beben agua. Dado que su hábitat natural en Australia es muy seco, ha dado lugar a una adaptación que les permite prescindir del líquido elemento durante prolongados períodos de tiempo.
De hecho, pueden cubrir sus necesidades a este respecto con las pocas gotas presentes en las hojas de las plantas. Sin embargo y pese a tal circunstancia, siempre han de poder disponer de agua limpia y fresca.
Algunas personas consideran que un único recipiente es suficiente mientras que otras prefieren valerse de dos para tales fines. Cabe señalar, no obstante, que aun en el caso de que utilicemos dos recipientes es muy probable que los pájaros los usen de un modo indiscriminado para beber y bañarse.
Una solución ideal sería la de instalar un surtidos dentro de la pajarera.

Aun cuando pueden sobrevivir durante mucho tiempo sin beber agua, el rápido proceso metabólico de las Ninfas/Carolinas hace que quemen rápidamente sus reservas de grasas, lo cual supone que probablemente morirían de hambre después de transcurrido sólo un día sin tomar alimentos.

Siempre constituye una buena idea determinar cual ha sido exactamente la dieta seguida por nuestro pájaro en su hogar anterior. No importa el que lo hayamos adquirido a un criador, informémonos acerca de qué era lo que comía.
Si se trata de un pájaro que goza de buena salud no procedamos a cambiarle la dieta en forma sustancial, a menos que resulte completamente necesario. Si por algún motivo se hace inevitable modificar la dieta, hagámoslo gradualmente sustituyendo su comida anterior por la nueva a través de un período de varias semanas.


En ocasiones, es necesario tratar a nuestros pájaros con agua pura de manantial con contenido mineral de gran valor. Como por ejemplo el producto de la imagen anterior.
Se utiliza también en lugares del agua corriente con un alto contenido de cal.






Pájaros

OTROS ALIMENTOS COMPLEMENTARIOS

Un escudo de sepia corriente así como bloques de cal y minerales que se ofrecen el el comercio proporcionaran a los pájaros la cantidad de calcio que necesitan. También se utilizan frecuentemente con este mismo fin las cáscaras de hueso y las conchas de mejillón debidamente molidas.


Al igual que otros muchos animales, las Ninfas/Carolinas cuentan con un instinto que les guía respecto a la clase adecuada y cantidad apropiada de vitaminas que necesitan. Sin embargo, en el mercado existen complementos vitamínicos, que podemos suministrar a nuestro pájaro tras consultar al veterinario o criador experimentado.
Si es preciso valerse de ellos, únicamente deberemos hacerlo durante los meses de invierno. Procede destacar que una sobredosis a este respecto constituye un peligro. el cual puede traducirse en una muda prematura si la administración de los suplementos vitamínicos de hace de un modo inadecuado.


Dado que los pájaros carecen de dientes, necesitan algo para triturar sus alimentos antes de que éstos sean adecuadamente digeridos. Esta necesidad vital la cubren las Ninfas/Carolinas con el cascajo, el cual queda almacenado en la molleja del pájaro una vez ingerido. La actuación desarrollada a través de la contracción y expansión de los tejidos musculares de la molleja, combina con los gránulos de cascajo, hacen posible la trituración de los alimentos, de forma que puedan penetrar en el estómago y ser digeridos adecuadamente. Se infiere, por tanto, que es de capital importancia el que nuestra Ninfa/Carolina disponga no sólo de un escudo de sepia sino también de una cantidad adecuada de cascajo pues ambos no sólo proporcionan los minerales requeridos sino también los oligoelementos necesarios.
El cascajo debe depositarse en un recipiente separado colocado en el suelo de la jaula o pajarera y complementarlo con cantidades adicional es cuando las circunstancias lo requieran. Transcurridos unos dos meses, debe procederse a limpiar el recipiente y llenarlo otra vez.


La cal es necesaria, tratándose de Ninfas/Carolinas, para que puedan mantener su pico en estado sano y esta condición se cumple simplemente con la presencia de un escudo de sepia, no obstante se puede complementar con una piedra mineral con almejas trituradas.
Esta cuestión resulta especialmente importante durante la época de cría ya que el calcio es indispensable para la formación apropiada de la cáscara de los huevos.
Conviene recordar que la presencia de polluelos hará que la utilización del escudo de sepia así como la piedra mineral incremente casi el triple con relación a períodos normales. Señalemos, por ultimo, que estos complementos vienen dotados de un clip de fijación a la jaula, cabe encontrarlos habitualmente en nuestro establecimiento especializado de animales de compañía.

Las necesidades alimentarias de las Ninfas/Carolinas en una pajarera son las mismas que las de un solo ejemplar instalado en una jaula. Debe dársele de comer una vez al día, ya sea por la mañana temprano o al caer la tarde. Los recipientes utilizados para tal fin deben situarse alejados de debajo de cualquier percha o palo para evitar contaminaciones y, al igual de ser pesados y poco profundos al objeto de que no puedan ser volcados con facilidad.
Los pájaros algunas veces se pelean a la hora de la comida, por lo que constituye una buena idea colocar varios recipientes en diferentes puntos de la jaula o pajarera al objeto de que varios pájaros puedan comer al mismo tiempo sin interferirse mutuamente.
Algunos criadores y poseedores de Ninfas/Carolinas han construido baterías portátiles de comederos, que pueden introducirse en el resguardo y retirarse de el en función de cual sea el tiempo atmosférico.
Añadamos que es además conveniente que dispongan de bandejas deslizantes para facilitar su limpieza. Los estantes utilizados para disponer en ellos los recipientes de comida deben sostenerse mediante tubos metálicos al objeto de que los ratones u otros roedores no puedan llegar hasta dichos recipientes en el caso de que consigan entrar en la pajarera.








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ALIMENTOS VERDES Y FRUTAS

Deben asimismo complementarse las semillas con diversos alimentos verdes y ciertas variedades de frutas. Cuando es época de ello, a los pájaros les gustan las zanahorias, las peras y las manzanas así como algunas bayas tales como el escaramujo, la serba y la oxiacanta.


Entre los alimentos verdes cabe citar el berro, los guisantes, el maíz todavía sin madurar, el llantén, el almorejo, el cardo , la pamplina, el diente de león, las hojas de zanahoria, la hierba cana, la lechuga y las espinacas.
Las pepitas de girasol todavía sin madurar constituyen un manjar que goza de gran preferencia. Dado que los alimentos verdes sólo deben ser ingeridos por los pájaros cuando son frescos, asegurémonos de que las partes no comidas son eliminadas todos los días. Fuera de temporada, los sustitutivos de los alimentos verdes incluyen semillas germinadas, tales como girasol o avena. La cantidad requerida  de esta clase de comida debe mantenerse sumergida en agua durante 24 horas, después someterla a un intenso enjuage y dejarla durante otras 24 horas hasta que comience a germinar. No ofrezcamos, sin embargo, una cantidad excesiva de este alimento. Si se hallan en período de desarrollo, cabe complementar su dieta con pan blanco empapado de agua. Existe una amplia variedad de alimentos comerciales a los que se puede recurrir para conseguir un crecimiento equilibrado de los pájaros (señalemos que muchos de estos alimentos precisa humedecerlos antes de que puedan ser ingerido por los pájaros).
También podemos ofrecerles ramas recién cortadas de avellano, sauce o frutales.








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ALIMENTACIÓN


Afortunadamente para los aficionado a los pájaros, las Ninfas/Carolinas resultan fáciles de contentar por lo que a la comida respecta, pues su dieta básica se compone de semillas corrientes y , con tal que se mantengas sanas, no hay motivo alguno para que surjan problemas de verdad en lo que se refiere a mantener una buena combinación alimenticia. En el caso de un ejemplar aislado, la variedad comercial de mezclas de semillas, consistente en pepitas de girasol, mijo rojo, amarillo y blanco, cacahuetes, cañamones, avena y trigo resulta perfecta para cubrir sus necesidades. Estas mezclas ofrecen a la mayoría de los pájaros los elementos nutrientes básicos. Ahora bien, teniendo en cuenta que los alimentos comerciales pueden perder parte de su valor nutritivo una vez abiertos los envases, obraremos correctamente adquiriendo la cantidad que consideremos adecuada para un periodo de dos semanas y guardando la semilla en un lugar seco dentro de un recipiente de plástico o de vidrio. A tal fin, nuestro establecimiento especializado de animales de compañía podrá facilitarnos el tipo exacto de recipiente que responda a nuestras necesidades.
Este alimento comercial, complementado con algo de verduras u hortalizas, será todo lo que realmente necesitará nuestro pájaro.


En el caso de alojar varios pájaros juntos, cabe que resulte aconsejable ofrecer las diferentes variedades de comida en recipientes separados, de poca profundidad y bastante peso. Con esto nos aseguraremos de que los pájaros ingieran diversas clases de semillas en la cantidad necesaria y que sea menor la cantidad que se desperdicie a través de su tendencia natural a esparcir la comida. Procede destacar, asimismo, que distintos pájaros prefieren diferentes semillas y que sus preferencias individuales pueden experimentar fluctuaciones según las estaciones así como durante las épocas de cría y de muda.
Otro punto a tener en cuenta es que los pájaros acostumbran a esparcir las variedades de semillas que no les gustan si las mismas vienen incluidas en la mezcla comercial.
Por ello, si se dispone de amplio espacio en los estantes de alimentación, las semillas de menor dimensión, tales como el mijo, la nigeriana, el alpiste y la linaza pueden ofrecerse separadas. También conviene recordar que siempre ha de haber disponibles pepitas de girasol. En cuanto a las semillas de linaza debe tenerse en cuenta que han de ofrecerse en cantidad limitada y con especial cuidado debido a su elevado contenido de aceite. Si esta circunstancia no se tiene en cuenta corremos el riesgo de que los pájaros adquieran un peso excesivo.


De todos modos, una cierta cantidad de grasas resulta saludable y necesaria, por lo que debemos proporcionar a nuestros pájaros pequeñas cantidades de cañamones poco antes de iniciarse la época de cría o durante las épocas más frías del año. La avena con cáscara o descascarillada así como otros cereales, tales como trigo, deben estar disponibles en todo momento aun cuando ocurra que en un principio los pájaros rehúsen ingerirlos.
También constituyen fuentes aceptables de alimentación para nuestros pájaros el mijo en rama y las varillas impregnadas de miel, lo cual lo podemos encontrar, por regla general, en los establecimientos especializados en animales de compañía.








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LA PAJARERA EXTERNA

Para la cría, muchos poseedores de pájaros construyen una pajarera externa. Quien de ellos cuenta con la habilidad necesaria a tal fin puede construirla con sus propios medios mientras que el principiante que dispone del espacio y el dinero necesarios pueden contratar los servicios de una firma especializada para que le construyan la instalación. En cualquier caso, una pajarera de dimensión apropiada probablemente será lo suficientemente grande como para exigir la obtención de un permiso de la autoridad municipal. Procede tener en cuenta asimismo que junto con algunas estructuras y componentes adicionales resultan necesarias, para las pajareras de carácter externo, la mayoría de las exigencias ya detalladas para otros tipos de alojamientos pero teniendo en cuenta que, tratándose de una instalación externa, su importancia es mayor debido a que también es más grande el espacio implicado.
Otro punto a considerar es que dado que un grupo de Ninfas/Carolinas puede llegar a ser extremadamente ruidoso, cabe que resulte necesaria la obtención de permisos especiales en función de los condicionamientos urbanísticos de la vecindad en que vivamos. Si nuestros vecinos no son aficionados a los pájaros es posible que nos veamos abocados a algunos problemas si nuestros animales son fuente de constante algarabía. Asegurémonos, por tanto, de que no vamos a tener dificultades por los motivos indicados antes de iniciar la construcción de una pajarera al aire libre.
Siempre existen alternativas muy atractivas de pajareras al aire libre, como vemos en la siguiente imagen.


La condición inicial importante para la instalación de una pajarera externa es disponer de un emplazamiento adecuado. Al igual que ocurre en el caso de instalaciones de menor tamaño, es de todo punto necesario encontrar un lugar que no se halle expuesto en exceso a los rayos solares o a un viento constante. La sombra que proyecta a mediodía una primera consideración ideal para la instalación de la pajarera. En cuanto a la dimensión, esta viene determinada, como es natural, por el espacio de que se dispone.
Si éste no mide por lo menos 300x180x210 cm., la pajarera que deseamos instalar no es probablemente una buena idea. La dimensión indicada es adecuada pero si pudiéramos contar con un espacio de 900x300x360 cm. ello sería probablemente mejor e ideal. Con esta clase de pájaros la regla empírica a aplicar es a menudo la de "cuanto mayo, mejor".
Los establecimientos en los que se expende material de jardinería, las ferreterías y otros comercios de tipo similar podrán proporcionarnos todo aquello que nos hará falta si es nuestra intención construir por nosotros mismos la pajarera. La básica de tipo externo debe contar con un área de vuelo y un resguardo. El armazón principal del área de vuelo, así como el resguardo, puede construirse valiéndose de madre dura, ángulos de hierro o tubos galvanizados. El suelo puede ser de tierra o de cemento recubierto con una capa de arena. Si se opta por el de tierra, deberá estar rodeado en todo su perímetro por un muro aislante a base de ladrillos o de chapa metálica, el cual deberá penetrar profundamente en el suelo y asimismo sobresalir de él objeto de impedir que las serpientes y los roedores puedan penetrar en el recinto. Muchos expertos recomiendan el uso de suelos de cemento, los cuales a menudo presentan ligera inclinación para facilitar un perfecto drenaje.
Estos suelos son excelentes desde un punto de vista sanitario. Otros, en cambio, consideran que los suelos de tierra son mejores para el bienestar general de los pájaros.


Si nos inclinamos por un suelo de tierra deberemos tener en cuenta la sugerencia de algunos expertos según la cual conviene rastrillar los restos de comida, a los que habremos añadido algunas semillas, para que penetren en el suelo. En un plazo de tiempo relativamente breve harán aparición pequeños brotes que proporcionarán un suplemento alimenticio rico en vitaminas a las aves. Dado que la Ninfa/Carolina es básicamente un pájaro que come en el suelo, muchos expertos recomiendan encarecidamente suelos de tierra.
Aparte de ello, hay que tener en cuenta que las Ninfas/Carolinas se sentirán más seguras en sus vuelos si a lo largo del perímetro de la pajarera crecen algunas plantas herbáceas de baja altura.
Si nuestra elección se inclina por un suelo de cemento sin presencia de arena o cualquier otro recubrimiento, probemos a incluis una artesa u otro recipiente parecido en un punto situado al lado opuesto del resguardo, rellenémoslo con tierra o arena, añadamos semillas de alguna verdura o hortaliza y procedamos a regarlo todos los días. Poco tiempo después harán su aparición las plantas y con ello dispondremos de una fuente adicional de alimentación para nuestros pájaros. Las pequeñas partículas de tierra que ingerirán junto con las hojas les ayudarán a digerir la comida. La artesa o recipiente elegido debe ser objeto de un cuidado diario por lo que a la adición de nuevas semillas respecta ya que los pájaros se comerán las plantas que vayan apareciendo en un muy breve periodo de tiempo.
Las perchas que se instalen en la pajarera deben colocarse en los laterales del área de vuelo al objeto de que no obstruyan en ya de por sí limitado espacio disponible. No constituye una buena idea incluir perchas basculantes pues se ha podido comprobar que puedes ser causa de lesiones en los ejemplares jóvenes como consecuencia de movimiento imprevistos. La colocación continuamente renovada de ramas verdes debidamente fijadas al suelo es un aspecto que no debe descuidarse pues a los pájaros les complace sobremanera arrancar la corteza y roer la madera que se encuentra debajo. Las ramas de eucalipto gozan, a este respecto, de gran preferencia ya que se trata de un árbol de presencia muy frecuente en su hábitat natural.


El resguardo de la pajarera sirve básicamente para la protección de los pájaros cuando hace mal tiempo. Dependiendo del clima que predomine en el sector en que vivamos, el resguardo puede ser total o parcialmente cerrado. En los puntos en los que domina un clima frío puede resultar aconsejable disponer de un sistema de calefacción. En realidad las Ninfas/Carolinas pueden sobrevivir a bajas temperaturas siempre y cuando no se hallen expuestas a corrientes de aire pero en condiciones extremas cabe que un sistema de calefacción constituya una necesidad.

Las cubiertas de los resguardos a menudo se construyen de planchas de maderas o de hierro acompañadas de material aislante. Debe incluirse en el resguardo una percha colocada a una distancia máxima de 60 cm. del techo. El suelo del resguardo debe asimismo contar con una capa de gravilla o arena, la cual sirve para vigorizar las uñas y los pies de los pájaros.

También es necesario construir un pasadizo en torno a la pajarera de modo que no sólo nos permita llegar hasta nuestros pájaros sino, además, impedir cualquier ruta de escape. La alimentación como mejor puede llevarse a cabo es mediante la instalación de estantes situados directamente sobre puertas de entrada de bajo perfil. Dado que los pájaros son los que mejor conocen cual es el momento idóneo para sus ejercicios de vuelo debe disponerse una abertura que permita un acceso continuado de las Ninfas/Carolinas desde el resguardo al área de vuelo y viceversa.





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