lunes, 19 de marzo de 2012

DIVERSOS PROBLEMAS CON LA INCUBACIÓN Y CON LOS HUEVOS

- PROBLEMAS CON LA INCUBACIÓN -

La mayoría de las aves jóvenes pueden ser educadas para convertirse en buenos progenitores con un poco de previsión y esfuerzo, muchas pruebas y paciencia. Creemos que es mejor intentar educar a sus aves para que sean buenos progenitores que adiestrarlas para que pongan huevos que vayan a ser incubados artificialmente o acabar rindiéndose y deshaciéndose de ellas. Siempre esperamos de las parejas primerizas que tengan menos éxito que las de mayor edad y más experimentadas. A veces, las primeras nidadas son puestas, incubadas y alimentadas a la perfección, y los polluelos marchan del nido fantásticamente. Las aves que tienen alrededor de dos años en lugar de sólo uno, al intentar reproducirse, suelen tener mayor éxito con su primera nidada.

Desgraciadamente, en lo que concierne a la cría, las cosas no siempre van como la seda, y con mucha frecuencia nuestros intentos por rectificar una situación empeoran las cosas. Hemos listado algunos problemas comunes con los que nos podemos encontrar durante la puesta y la incubación y algunas soluciones posibles.




- HUEVOS INFÉRTILES O NO FECUNDADOS -

Cuando intenta hacer criar a una pareja joven por primera vez y ésta efectúa la puesta e incuba a la perfección pero sus huevos no son fértiles, sustitúyalos por unos pocos huevos fértiles de otra pareja. Si logran, juntos, que los polluelos eclosionen y crezcan bien, su próxima nidada de huevos será, por lo general, fértil.
Sus ciclos hormonales parecen asentarse y sincronizarse al siguiente intento. Si retira los huevos para estimular la puesta de otra nidada, quizás altere el instinto de las aves y provoque otros problemas relacionados con la incubación.
Los huevos infértiles pueden proceder de hembras con muy buena disposición que ponen los huevos antes de que se haya dado el establecimiento de vínculos y el apareamiento con el macho. Si sospecha que esto es lo que está pasando, retire los huevos y el nido durante varias semanas. Esto proporcionará a la pareja el tiempo suficiente para conocerse. Si el macho incuba, también puede intentar hacer que la pareja incube, hasta la eclosión, huevos fértiles, permitiéndoles así criar a una familia de adopción. Esto debería dar lugar a la actividad hormonal necesaria y la siguiente puesta de huevos suele ser fértil.


- LA HEMBRA NO LLEGA A INCUBAR LOS HUEVOS A TÉRMINO -

Las hembras inexpertas abandonan a veces el nido antes de completar la incubación. Intente sustituir alguno de sus huevos por otros cuyo estado de desarrollo esté más avanzado y que comenzarán la eclosión mientras la hembra todavía esté incubando. El darse cuenta de que los polluelos acaban saliendo de los huevos generalmente desencadenará los normalmente fiables instintos maternales de la Ninfa/Carolina.


- HEMBRAS QUE NO LOGRAN INCUBAR LOS HUEVOS -

Éste es un problema común en las hembras primerizas. Lo mejor es emparejarlas con un macho experimentado que incube durante su turno, independientemente de las actividades de la hembra. Estas hembras suelen poner huevos sin parar, ya que la falta del instinto de incubación, que suele hacer que concluya la puesta de huevos, ha dado como resultado que continúen los niveles de hormonas para la producción de huevos, Si estas hembras entran en el nido para poner huevos y para incubar intermitentemente con el macho, puede colocarse en el nido un huevo de otra pareja que esté eclosionando mientras el macho está incubando.
Una vez más, el hecho de darse cuenta de que los polluelos están eclosionando suele solucionar la situación y puede que la hembra no muestre ya más problemas. Si el macho no ha incubado durante el turno nocturno, los huevos habrán muerto. Si son huevos de gran valor, coloque los huevos no fecundados en el nido e incube artificialmente los huevos originales, volviendo a colocar los huevos en el nido a medida que vayan eclosionando en la indubadora.




- MACHOS QUE INSPECCIONAN EL NIDO, SE APAREAN Y FERTILIZAN LOS HUEVOS PERO NO LOS INCUBAN -

Aplica el mismo consejo que en el caso de las hembras, aunque es algo más difícil de corregir, ya que el macho no tiene razones para entrar en el nido, excepto para vigilar a la hembra. No obstante, si deja que la hembra incube huevos infértiles e incuba artificialmente los fértiles, puede intentar colocar un huevo que es´te eclosionando en el nido, bajo la hembra. Es difícil, en primer lugar porque muchos polluelos eclosionan al principio de la mañana, cuando el macho todavía tiene que sustituir a la hembra. Si la hembra abandona el nido al principio del día y el macho no la sustituye, el polluelo podría morir rápidamente debido al frío. Si quiere intentarlo, deberá despertarse al alba y estar listo para rescatar al polluelo si el macho no asume sus labores paternas.

Hemos tenido dos machos que no incubaban hasta que oían a las hembras alimentando a los polluelos. A partir de ese momento se convierten en padres perfectos, cuidando a sus crías a lo largo del día e incubando y ayudando en la eclosión de los huevos restantes. Algunas hembras cuidarán de una nidada por su cuenta, aunque esto es muy difícil para ellas y no se debería dejar que cuiden de una gran número de polluelos.

Durante la estación reproductiva, suelen verse huevos infértiles puestos por hembras no emparejadas. Los recogemos regularmente para disponer de un suministro de huevos frescos que usar en caso de emergencia como las descritas anteriormente. Los huevos viejos suelen secarse y perder peso, y su uso no resulta adecuado.
Algunos vendedores especialistas de aves o de mascotas disponen de huevos de poliuretano muy reales que son perfectos para reeemplazarlos por huevos reales. Estos huevos tienen un peso y un tamaño similar a los de las Ninfas/Carolinas y conservan su temperatura de incubación, del mismo modo que los huevos de verdad.


- ARRANCADO DE PLUMAS -

El arrancado de plumas en el nido es uno de los problemas más frustantes con lo que se encuentran los criadores de Ninfas/Carolinas. No podemos ofrecer soluciones fáciles. De lo que estamos seguros es que, en algunos casos, el arrancamiento de plumas es un hábito aprendido. La mayoría de las aves a las que les arrancaron las plumas siendo polluelos, también las arrancarán a su descendencia. Si coge a los polluelos para criarlos manualmente tan protno como se haga evidente el arrancado de plumas, podrá reducir la probabilidad de que esto suceda en el futuro. No obstante, los progenitores, que nunca sufrieron el arrancado de plumas, frecuentemente y sin previo aviso, empezarán a arrancar las plumas a sus polluelos. Algunos hasta criarán varias nidadas antes de iniciarse en este hábito.

Hay varias posibles razones para el hábito, y es imposible hallar una solución. La anterior temporada, una de nuestras hembras empezó a arrancar las plumas de la cabeza de sus polluelos al tiempo que empezaba a poner e incubar otra nidada antes de que la nidada anterior hubiera abandonado el nido. Mientras incubaba esta nidada, el clima se tornó bastante caluroso, así que no mostró predisposición a poner otra nidada de huevos y , por tanto, los polluelos abandonaron el nido y fueron destetados sin que les arrancara ni una sola pluma.

Otros progenitores atacan a sus polluelos de forma bastante salvaje y sin avisar, arrancándoles muchas plumas e inflingiéndoles frecuentemente pequeñas heridas a lo largo de un único día. Estamos seguros de que hacen esto en un esfuerzo porque los polluelos abandonen el nido. Una recomendación consiste en colocar otro nido para los polluelos mientras empiezan a abandonar el nido, y el macho se encargará de alimentarles. Esto no siempre tiene éxito, especialmente en el caso de las Ninfas/Carolinas, ya que lo normal es que el macho esté en el nido, incubando durante el día. Proporcionar otro nido para la hembra implica que cambiará de nido, pero nuestras hembras parecen querer usar siempre el mismo.

Nos hemos dado cuenta de que las aves hiperactivas tienen mayores probabilidades de arrancar plumas, especialmente las hembras que deben cuidar de sus polluelos largas horas durante la noche. Parece ser que los polluelos con las plumas de color claro suelen sufrir el arrancado de plumas con mayor frecuencia, debido sencillamente, a que sus plumas de sangre son más visibles en la oscuridad.


Puede haber multitud de otras causas de las que no somos conscientes. Por el momento, las únicas soluciones que consideramos que son efectivas en algún grado consisten en una buena dieta que incluya minerales y oligoelementos, la reducción del estrés relacionado con factores ambientales y el romper el ciclo mediante la cría manual.




Pájaros

domingo, 18 de marzo de 2012

PUESTA DE HUEVOS E INCUBACIÓN

Los huevos de las Ninfas/Carolinas son blancos y de unos 25 mm de longitud. Suelen ponerse entre 5 y 7 huevos en días alternos; sin embargo, algunas hembras continuarán poniendo hasta que nazcan los polluelos. Nosotros intentamos acostumbrar a nuestros ejemplares a las inspecciones regulares del nido, y lo hacemos hablando suavemente a la pareja mientras rascamos la abertura con delicadeza antes de abrirla. Las aves suelen marcharse, pero algunas se quedan en el nido, moviéndose de un lado a otro o balanceándose y bufando encima de los huevos. Lo ideal es que se tranquilicen y le dejen inspeccionar los huevos, pero los progenitores que se marchan asustados cuando introduce la mano en el nido pueden desparramar y picotear los huevos. Intentamos introducir la mano de modo que el dorso apunte hacia las aves adultas y los huevos queden protegidos de cualquier daño si el ave se asusta y sale precipitadamente del nido. Tras unas pocas inspecciones regulares del nido, la mayoría de los ejemplares plenamente maduros las aceptarán tranquilamente.


Un beneficio de la inspección del nido durante la puesta es que le permite marcar los huevos a medida que son puestos y observarlos a través de una vela o luz para confirmar que son fértiles. Si una hembra pone demasiados huevos no podrá incubarlos todos bien. Etiquetando los huevos con un rotulador no tóxico señalando el orden en que fueron puestos. podrá ir retirando los últimos huevos a medida que vayan siendo puestos, siempre que hay observado los cinco o seis primeros huevos a través de una vela o luz y haya comprobado que son fértiles. Esto también le permitirá reconocer problemas potenciales en la puesta de los huevos. Si la hembra no pone los huevos cuando le toca o éstos presentan anomalías de cualquier tipo, observe cuidadosamente a la hembra por si muestra signos de no tener una buena salud.

Ambos padres comparten las tareas de la incubación, que suelen empezar de forma seria a partir de la puesta del tercer huevo. No obstante, alguna parejas inician la incubación de inmediato, incubando generalmente la hembra de noche y haciendo el macho el turno diurno. Las hembras especialmente entusiastas llevan a cabo, a veces, ambos turnos, y las parejas muy delicadas frecuentemente incubarán juntas. El macho no alimenta a la hembra, así que tanto la hembra como el macho saldrán de vez en cuando del nido para alimentarse.

NIDOS Y APAREAMIENTO

Las parejas compatibles reciben una caja-nido a principios de Agosto (recordemos que estamos hablando del hemisferio sur). En España a principios de Abril.
Como todavía es invierno, si las hembras empiezan a poner, se las debería observar detenidamente por si aparecen síntomas de la retención de huevos. Los beneficios de esta distribución en el tiempo es que los polluelos empiezan a eclosionar en primavera, cuando las condiciones climáticas van siendo más suaves y las horas de luz diurna aumentan a medida que se incrementan las necesidades nutritivas de las crías. Además, se puede obtener una segunda nidada antes de la canícula estival, lo que evitaría las pérdidas en el nido debidas al calor excesivo.


En Australia Occidental solemos retirar los nidos después de esta segunda nidada, y si deseamos obtener una tercera, los nidos pueden volver a colocarse cuando el clima empiece a refrescar. En Tasmania, el calor estival rara vez ha provocado un problema estresante. Del mismo modo, el frío invernal no suele ser lo suficientemente extremado como para provocar problemas reproductivos en las parejas maduras y experimentadas en excelentes condiciones y que tienen la firma intención de reproducirse. Las crías obtenidas en invierno abandonan el nido a una edad tan temprana y con un tamaño tan grande como las obtenidas en otras estaciones.

El uso de la iluminación artificial para prolongar el día (16 horas de luz diarias) y el uso de fluorescentes de 18 vatios durante la noche puede eliminar muchas de las desventajas de la cría invernal.
La corta duración del día durante el invierno supone la adaptación más importante. La iluminación artificial permite que las aves coman más y hagan más ejercicio durante el invierno. Sus aviarios disponen de paneles de policarbonato en la parte superior, lo que permite que entre la luz del sol.

Para nuestras Ninfas/Carolinas preferimos usar Cajas-Nido de un tamaño mayor al recomendado. Esto se debe, pincipalmente, al hecho de que muchas de nuestras nidadas suelen estar formadas por bastantes polluelos. Cinco o más polluelos grandes en un mismo nido pueden generar bastante calor, especialmente cuando les están saliendo las plumas, y las mayores dimensiones de estos nidos proporcionan suficiente espacio a los polluelos para que puedan apartarse y que corra un poco de aire entre ellos.

Nuestras Cajas-Nido cuelgan verticalmente y miden 450mm de altura y tienen una sección cuadrada de 250mm por lado. Disponen de un agujero de entrada cerca de la parte superior y una percha de madera dura para posarse justo debajo. Tienen dos o tres peldaños en el interior para ayudar a los progenitores a entrar y salir, sin tener que saltar encima de los huevos. Esto también ayuda a los polluelos a subir y bajar antes de salir al mundo exterior. Dejamos de usar escalerillas de alambre después de que algunos polluelos sufrieran heridas.

Las Cajas-Nido pueden fabricarse con cualquier tipo de madera no tratada. Se suele usar cartón-madera, madera multilaminar y madera de bricolaje. Esta última tiene algunas ventajas, ya que es totalmente lisa, es fácil de cortar y sus bordes se pueden pegar con pegamento. Los ácaros disponen de pocos lugares en los que esconderse en una caja-nido hecha de madera de bricolaje si las uniones son rellenas con un pegamento para madera no tóxico.

Vale la pena llevar a cabo el esfuerzo de encontrar trozos de madera dura para la percha para que así las aves se posen y para los escalones que conducen al nido. Los progenitores que estén incubando y se sientan aburridos picotearán los peldaños de madera, dejando expuestos los clavos.
Cuando las cajas-nido vayan a ser montadas en la parte externa de aviarios suspendidos, la abertura de inspección estará situada en la parte posterior y cerca de la altura a la que se encuentren los polluelos. En el caso de las cajas-nido colgadas en la parte interior del aviario, la abertura de inspección deberá estar en la parte frontal o la lateral. Fabricamos nuestras cajas-nido con una tapa que puede abrirse ligeramente si hace mucho calor. Si usa este método, asegúrese de observar a los polluelos para comprobar que son alimentados. Hemos tenido algunos progenitores que rehúsan entrar al nido si la tapa o la abertura de inspección están abiertas o incluso entornadas.
Cubra la parte inferior del nido con una medida intermedia entre 50 y 70 mm de material para anidar firmemente comprimido. Se puede usar aproximadamente dos terceras partes de virutas de pino o usar virutas de roble. Sin importar lo que use, asegúrese que el material no proceda de madera tratada con sustancias químicas. El principal criterio es que el material para anidar debería ser absorbente, aunque no demasiado fino y pulverulento, ya que esto podría atorar los orificios nasales y la boca de los polluelos.

Los materiales muy secos, como el musgo fino de turba, no resultan adecuados, ya que absorben una cantidad de humedad que frustra los intentos de las hembras para controlar la humedad de los huevos.
Todas nuestras carolinas se reproducen en nidos. Son más fáciles de limpiar y trasladar que los troncos, y no hemos experimentado dificultades para que las aves los aceptaran.
Como los nidos son prácticamente idénticos, nos encontramos con muy pocos problemas (por no decir ninguno) si se debe sustituir un nido durante la época reproductiva.

Una vez colocamos la caja-nido, las Ninfas/Carolinas las exploran rápidamente. El macho suele ser el primero en entrar y si considera que la caja-nido es segura y adecuada, frecuentemente oiremos cantando en el interior, en un esfuerzo por animar a la hembra para que entre. Parte del ritual de la aceptación, como pareja, de una caja-nido consiste en muchas discusiones, a base de gorjeos, sobre la remodelación, y la entrada suele ser adaptada, aunque la Ninfas/Carolinas no suelen ser destructivas.


Si a las parejas no se les proporciona tiempo suficiente para que establezcan vínculos antes de proporcionarles una caja-nido, puede que la hembra entre por su cuenta y empiece a poner e incubar antes de aparearse con el macho. Si observa que el macho no hace turnos para incubar, se podría estar produciento esto. Si hay mucha actividad en el nido y de apareamiento por parte de ambas aves, es de esperar que la puesta de huevos se produzca incluso al cabo de sólo una semana tras colocar la caja-nido. El escarbar y rascar considerablemente el material para anidar suele señalar el inicio de la puesta de huevos.

lunes, 9 de enero de 2012

COMPATIBILIDAD

Las Ninfas/Carolinas se aparearán en cualquier momento del año si tienen ocasión. El hecho de que lo hagan no significa que debieran, ni que los polluelos sean de la misma calidad durante todo el año. Como hemos de producir ejemplares de calidad y queremos proteger a nuestras aves reproductoras, tomamos decisiones sobre cuando se les debería permitir aparearse. El inicio de la primavera suele desencadenar el deseo de reproducirse, y éste suele ser el periodo más seguro para los progenitores y los polluelos.

Cuando se permite que las Ninfas/Carolinas escojan a su pareja, éstas establecerán un fuerte vínculo y no hará falta animarlas para que se apareen. Aunque eso pueda parecer ideal, es raro que la elección de una pareja idónea por Usted se corresponda con la de las aves. Con bastante frecuencia se emparejan con un hermano/a.

Frecuentemente practicamos una cría en línea, para así desarrollar las características que deseamos y para obtener aves de buena calidad, pero rara vez practicamos la endogamia. Consideramos que los cruces entre hermano y hermana, madre e hijo y padre e hija son endogámicos. En muchos casos, este tipo de apareamientos resultan en la pérdida de fertillidad, del deseo de aparearse, un aumento de la incidencia de calvas, independientemente de la mutación de color, la reducción de tamaño y la obtención de ejemplares menos resistentes. El tremendo resultado dela cría incontrolada son las Pérdidas.


Por tanto, escogemos las parejas ideales para nuestras aves sobre el papel, determinando los mejores apareamientos genéticos y teniendo también en cuenta las características individuales de los ejemplares, como el tamaño, la conformación, el temperamento, la viveza del color, etc...
Tras determinar las parejas, dejamos que pasen el invierno (que es cuando el ansía por reproducirse es menor), juntas, éste es el momento ideal para preparar a las aves para la siguiente estación reproductiva. Además, las parejas que no sean compatibles de inmediato crearán, con frecuencia, un vínculo para cuando dicha estación se aproxime, y dispondremos de tiempo suficiente para escoger una pareja alternativa para cualquiera de ellas que sea claramente incompatible. Aunque esta última situación es rara, sucede.


Aunque las Ninfas/Carolinas pueden aparearse en invierno, pueden existir varias desventajas si esto sucede. Las hembras, especialmente jóvenes, tienen una mayor tendencia a sufrir la retención de huevos cuando el clima es frío. Cualquier espanto nocturno provocará la pérdida total de los huevos y los polluelos en un periodo relativamente corto, y la menor duración del día hará que los progenitores dispongan de menos tiempo para alimentar a sus crías. El resultado serán polluelos que, generalmente tendrán un menor tamaño, que abandonarán el nido más tarde de lo normal, un mayo porcentaje de pérdidas de los polluelos más jóvenes y una mayor incidencia de problemas nutricionales, como la deficiencia de calcio.

CRÍA / SEXAJE

Aunque hay muchos factores que influyen en la cría exitosa de cualquier especie, una cosa es común a todas ellas: la necesidad de un macho y una hembra. Esto puede parecer una cosa fácil de determinar al hablar de las Ninfas/Carolinas, una especia que suele presentar dimorfismo sexual, pero siempre sorprende la cantidad de gente que comete errores. Parece que surge la confusión debido a que los factores de mutación alteran las características sexuales visuales aceptadas tanto en el patrón de coloración como en el plumaje. Por ejemplo, las mutaciones canela y ante permiten que las hembras muestres una cantidad considerablemente mayor de color amarillo no se aproxima a la que desarrolla un macho, y una hembra con esta mutación no posee el mismo borde, claramente definido, dela máscara facial, que sí posee el macho. Las hembras lutino y arlequinadas pueden poseer unas manchas en las mejillas tan grandes y de coloración viva como los machos que poseen la misma mutación.


La norma general dicta que los machos sexualmente maduros de la coloración gris normal y los que poseen cualquier mutación que implica sólo un cambio de color, sin un cambio en el patrón de coloración del plumaje, poseen una máscara amarilla bien definida. unas plumas de cola de un único color, y no tienen manchas juveniles bajo las alas cuando han alcanzado la madurez.

Las hembras maduras tienen tonalidades de amarillo de intensidad variable alrededor de los ojos y el pico, y las plumas de la parte inferior de la cola son amarillas y con un barrado de su color corporal. Las manchas de sus mejillas también se ven apagadas por su color corporal, haciendo que tengas un aspecto menos vivo. También conservan las manchas de debajo de las alas, aunque , en ocasiones, algunos ejemplares se liberan de ellas.

Los ejemplares jóvenes parecen hembras maduras, ya que tienen una cera de tonalidad rosada, y una cola y un penacho de menor tamaño. Inician una muda juvenil alrededor de los cuatro meses de vida que dura unos dos meses, momento a partir del cual los machos empiezan a desarrollar la coloración amarilla en el rostro. A veces perderán parte de las plumas de la cola, que serán sustituidas por plumas de un solo color en el caso de los machos. A las hembras les saldrán unas nuevas plumas de la cola barradas.

Algunas estirpes maduran más lentamente que otras, y puede que los cambios de las plumas del rostro no sean aparentes a los cuatro meses. Si sucede esto, puede arrancar una pluma barrada de la cola para acelerar un poco el proceso. No obstante, si se arranca la pluma dela cola antes de los cuatro meses de vida, puede que sea reemplazada por otra pluma juvenil, dándonos así una falsa impresión del sexo del ave.

El comportamiento es también uno de los métodos para el sexaje de las aves. De hecho, en el caso de las aves arlequinadas y las lutino puede que sea la única, y quizás la mejor, indicación para arreglárselas. Los machos sanos y activos empezarán a cantar y como a reirse a una edad tan temprana como las ocho semanas. Se podrá ver a los machos elevando los hombros mientras estiran las alas y cruzan sus extremos. Al hacer eso, frecuentemente parecen estar llevando a cabo pequeños movimientos de pies de un lado a otro, lo que combinan con un canto repetitivo. Algunos machos elevan y hacen descender el cuerpo en un movimiento de reverencia a las hembras mientras elevan los hombros.
Otros siguen incansablemente a la hembra que han escogido durante todo el rato. La hembra suele mostrarse indiferente a las atenciones del macho, a no ser que quiera aparearse, y si es así, se agacha, eleva la cola y gorjea.

A veces, las hembras pueden cantar tan bien como los machos jóvenes y , además, se ha observado a hembras aparearse con otras hembras, lo que complica la determinación del sexo. Nunca se observó que nadie haya descrito la elevación de los hombros en caso de las hembras, por lo que si la coloración de una hembra no revela su sexo, consideramos que esta actividad es el segundo rasgo más preciso para identificar a los machos.

Un problema que surge al intentar determinar el sexo de las aves arlequinadas es que sólo podrá asumir que un ave es hembra si no la ha visto comportarse como un macho. Siempre existe la posibilidad de equivocarse si el ejemplar es un macho que tarde en madurar, o si no puede observar al ave durante todo el día para detectar signos de comportamiento masculino.

Es de esperar que las hembras lutino muestren unos puntitos amarillos, sobre un fondo blanco cremoso, debajo de las alas, pero no creemos que éste sea un método preciso para el sexaje de las aves lutino, ya que depende de que el ejemplar disponga del suficiente contraste entre el blanco y el amarillo para que estos puntitos sean visibles. Si el ave es además perlada o arlequinada, el patrón punteado normal de las alas puede verse interrumpido y esta teoría para la determinación del sexo no tendría aplicación.


Los machos lutino desarrollan una capa de origen hormonal al alcanzar la madurez que se muestra en forma de un color marrón muy pálido o una tonalidad malva sobre las alas que no penetra en el barrado blanco de las alas. Las hembras nunca desarrollan esta coloración.
Hay muchas otras teorías basadas en los huesos pélvicos y en las mancas de las mejillas, y todas ellas tienen una precisión de por lo menos el 50%.

Desde NINFAS y CAROLINAS, nuestro Criador Experto a través de un Laboratorio Experto y Autorizado se realiza a todas nuestras aves un Sexado Molecular donde se determina el sexo de dichas aves. La fiabilidad de dicho Sexado es del 99,9 %.